12 ago 2014

LUMBALGIA, DISCARTROSIS O CIATICA

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Diagnóstico de la lumbalgia
Tratamiento de la lumbalgia

Diagnóstico de la lumbalgia
Las causas de la lumbalgia pueden ser muy complejas y existen muchas estructuras en la columna que pueden causar dolor. Para descubrir las causas de la lumbalgia y elaborar un plan de tratamiento, los médicos les pedirán a los pacientes que describan el sitio, gravedad y tipo del dolor, además de los antecedentes del dolor: cuándo el paciente lo empezó a sentir y las actividades que puedan estar asociadas con él.
Las siguientes partes de la anatomía vertebral son fuentes comunes de la lumbalgia:
Las grandes raíces nerviosas en la parte inferior de la espalda que pasan a las piernas pueden ser irritadas
Los nervios más pequeños que proveen de nervios a la parte inferior de la espalda pueden ser irritados
Pueden distenderse el par de músculos grandes de la parte inferior de la espalda (músculos erectores de la columna)
Pueden lastimarse los huesos, los ligamentos o las articulaciones
Puede degenerarse un disco intervertebral
Es importante notar que muchos tipos de lumbalgia no tienen causa anatómica conocida, pero esto no quiere decir que el dolor no existe. Aun sin causa identificable del dolor, el dolor del paciente sigue siendo real y debe ser tratado.
Clasificación de la lumbalgia
Un diagnóstico generalmente clasificará la afección del paciente en uno de tres tipos de dolor. Los pacientes pueden experimentar primero un tipo de dolor y, según la evolución de su afección, pueden experimentar luego otro.
La lumbalgia axial, el tipo de dolor de espalda más común, ocurre únicamente en la parte inferior de la espalda y no llega a las nalgas ni a las piernas. El dolor puede ser punzante o sordo, y puede ser tan fuerte que limita la realización de las actividades cotidianas, tales como ponerse de pie y caminar. Generalmente empeora con ciertas actividades (como los deportes) o posturas (como sentarse por largos períodos) y se alivia con el descanso. La mayor parte de los casos de lumbalgia axial son agudos –lo cual quiere decir que son de corta duración y se curan dentro de 6 a 12 semanas– pero pueden durar más tiempo y llegar a ser crónicos.
La radiculopatía lumbar (la ciática) es el segundo tipo de dolor más común causado por afecciones de la parte inferior de la espalda. Causada por afecciones que comprimen las raíces nerviosas del nervio ciático, el dolor es más fuerte en la pierna que en la espalda. Los síntomas son un dolor, adormecimiento o debilidad sentidos en la parte inferior de la espalda (si es que ahí se siente algo) y en un solo lado de la parte inferior del cuerpo, afectando una nalga, una pierna, un pie, o toda la extensión de la pierna.
La lumbalgia con dolor reflejo es un dolor de la parte inferior de la espalda que también se irradia a la ingle, la nalga y la parte superior del muslo, pero rara vez por debajo de la rodilla. Los pacientes describen el dolor como un dolor sordo de intensidad variable. La lumbalgia con dolor reflejo es similar a la lumbalgia axial y las dos son tratadas con tratamientos similares.
El dolor agudo frente al dolor crónico
Además de identificar el dolor según el sitio, los síntomas de la lumbalgia generalmente son clasificados como agudos o crónicos.
La lumbalgia aguda es de corta duración, generalmente de unos días a unas semanas. Algunos síndromes de dolor agudo pueden ponerse más graves si se dejan sin tratar.
La lumbalgia crónica generalmente se define como un dolor que persiste por más de tres meses. El dolor puede ser progresivo, o en ocasiones puede intensificarse durante un período de días o semanas para luego volver a ser más leve. A veces puede ser difícil determinar la causa exacta del dolor crónico.
Evaluaciones diagnósticas adicionales para la lumbalgia
Cuando el dolor es fuerte y no se alivia dentro de 6 a 12 semanas, llega a ser más importante determinar el tratamiento a seguir. Entre las herramientas diagnósticas adicionales se encuentran:
La radiografía. Ofrece información sobre las vértebras; se utiliza para evaluar la estabilidad de la columna, los tumores y las fracturas.
La tomografía computarizada. Captura imágenes de cortes transversales de las vértebras y de los discos intervertebrales; se puede utilizar para detectar hernias discales o la estenosis vertebral.
La mielografía. Permite la identificación de problemas dentro de la columna, la médula espinal y las raíces nerviosas. Una inyección de un medio de contraste ilumina la columna antes de tomar una radiografía o realizar una tomografía computarizada.
La resonancia magnética. Muestra una sección transversal detallada de los componentes de la columna. Útil para evaluar problemas con los discos lumbares y las raíces nerviosas y también para descartar otras causas de la lumbalgia, tales como infecciones espinales o tumores.
El especialista en salud vertebral generalmente se habrá formado una idea de la causa del dolor del paciente a base del examen físico y los síntomas del paciente, y utilizará las herramientas diagnósticas arriba mencionadas para confirmar y aclarar el diagnóstico o para descartar otras posibles causas de los síntomas del paciente.
Tratamiento de la lumbalgia
El tratamiento para la lumbalgia depende de los antecedentes del paciente y de la gravedad del dolor. La gran mayoría de los casos de la lumbalgia se curan dentro de seis semanas sin cirugía y los ejercicios para la lumbalgia son, casi siempre, parte del plan de tratamiento.
Si el dolor persiste o empeora, se pueden recomendar procedimientos quirúrgicos o diagnósticos más avanzados.
Descanso. Dejar de realizar actividades durante unos días permite que los tejidos lesionados, y hasta las raíces nerviosas, empiecen a curarse, lo que a su vez puede servir para aliviar la lumbalgia. Sin embargo, descansar por más de unos pocos días puede conllevar una debilitación de los músculos, y los músculos débiles pueden tener dificultades para apoyar la columna adecuadamente. Los pacientes que no hacen ejercicio regular para hacerse más fuertes y flexibles son más propensos a experimentar una lumbalgia recurrente o prolongada.
Compresas de calor y hielo facilitan el alivio de la mayoría de los casos de lumbalgia al reducir la inflamación. Muchas veces los pacientes utilizan el hielo, pero algunos prefieren el calor. Se puede alternar entre los dos.
Medicamentos. Está disponible una gran diversidad de medicamentos recetados y de venta libre para ayudar a reducir los síntomas de la lumbalgia. Muchos medicamentos reducen la inflamación, que muchas veces es una causa del dolor, mientras que otros tratan de impedir la transmisión de las señales de dolor al cerebro. Cada medicamento tiene múltiples riesgos únicos, posibles efectos secundarios e interacciones farmacológicas (o interacciones con alimentos o suplementos) que deben ser evaluados por un médico.
Ejercicios para la lumbalgia. El ejercicio es un elemento clave en casi todo plan de tratamiento de la lumbalgia. Sin importar si el tratamiento se realiza en casa o con un profesional de salud vertebral, como un fisioterapeuta, un quiropráctico, o un médico especialista en medicina física y rehabilitación, un plan generalmente comprenderá tres componentes: acondicionamiento aeróbico, ejercicios de estiramiento y ejercicios de fortalecimiento. Es mejor hacer los ejercicios como parte de un programa controlado y progresivo, con el objetivo de lograr tener una columna más fuerte y flexible.

Ejercicios aeróbicos de bajo impacto. Además de ejercicios específicos para la parte inferior de la espalda, cualquier ejercicio aeróbico de bajo impacto, como caminar, es en muchos casos un ejercicio ideal para la parte inferior de la espalda, porque potencia el transporte del oxígeno a las partes blandas de la espalda para acelerar su curación. Nadar o hacer ejercicios aeróbicos acuáticos tienen el mismo efecto y representan opciones excelentes si le duele demasiado caminar.
Los ajustes quiroprácticos (también conocidos como la manipulación quiropráctica) pueden servir para mejorar el funcionamiento de la columna al reducir el dolor e inflamación para mejorar la amplitud de movimiento y el funcionamiento físico.
Las inyecciones epidurales de corticoesteroides administran corticoesteroides directamente al sitio dolorido de la parte inferior de la espalda, para reducir la inflamación. Los corticoesteroides no curan los componentes de la espalda, pero con frecuencia proporcionan un alivio del dolor suficiente para permitir a los pacientes moverse, ejercitarse y curarse.
La cirugía para la lumbalgia generalmente es considerada cuando el dolor no ha sido aliviado con métodos no quirúrgicos. Aun así, someterse a una cirugía es siempre una decisión para el paciente, y un cirujano debidamente calificado en cirugías de la columna podrá explicar las ventajas e inconvenientes de cada procedimiento. Para la ciática, se ha demostrado que la laminectomía y la microdiscectomía producen una importante reducción en los síntomas de dolor al aliviar la presión sobre las raíces nerviosas comprimidas. Una cirugía de fusión, la cual se utiliza para parar el movimiento en un segmento movible, es una cirugía mayor, pero puede ser eficaz para aliviar el dolor debido a un segmento movible doloroso.
Lo anterior no es una lista exhaustiva de todos los posibles tratamientos de la lumbalgia, pero sí incluye los tratamientos más comunes. Es aconsejable que los pacientes busquen un diagnóstico de su médico de atención primaria, un quiropráctico o un especialista en salud vertebral (como un médico especialista en medicina física y rehabilitación) para determinar la causa de fondo de su lumbalgia y buscar el tratamiento adecuado.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la lumbalgia
La parte inferior de la espalda es una estructura intrincada, de elementos interconectados y superpuestos:
Tendones, músculos y otras partes blandas
Raíces nerviosas y nervios altamente sensibles que van de la parte inferior de la espalda a las piernas y los pies.
Articulaciones pequeñas y complejas
Discos intervertebrales con sus núcleos gelatinosos.
Una irritación o un problema en cualquiera de estas estructuras puede causar la lumbalgia o un dolor que se irradia hacia otras partes del cuerpo o que se siente en ellas. El dolor provocado por los espasmos musculares lumbares resultantes puede ser fuerte y existen varios síndromes que producen un dolor que puede llegar a ser crónico.
Aunque la lumbalgia es extremadamente común, sus síntomas y su gravedad pueden variar mucho. Por ejemplo, una simple distensión muscular lumbar puede ser tan intensa que requiere una visita a la sala de urgencias, mientras que una degeneración discal podría no causar más que molestias leves e intermitentes.
El primer paso para aliviar el dolor de manera eficaz es identificar los síntomas y diagnosticar correctamente la causa de fondo.
Causas de la lumbalgia según la edad
Algunas de las principales causas de la lumbalgia suelen ocurrir con más frecuencia en personas más jóvenes que en las personas mayores:
En adultos más jóvenes (es decir, los de 30 a 60 años de edad) existe una mayor propensidad a experimentar dolores de espalda surgidos del espacio intervertebral mismo (tales como una hernia discal lumbar o la discartrosis) o causados por una distensión de un músculo de la espalda o de otra parte blanda.
Los adultos mayores (es decir, los mayores de 60 años) son más propensos a sufrir un dolor provocado por la degeneración de las articulaciones (tales como la artrosis o la estenosis vertebral) o por una fractura.
Cuándo buscar tratamiento inmediato para la lumbalgia
En la mayoría de los casos, la lumbalgia no requiere de atención urgente, pero los pacientes deben consultar un médico inmediatamente si experimentan una lumbalgia que es causada por un traumatismo grave o que viene acompañada de alguno de los siguientes síntomas:
Fiebre y escalofríos
Pérdida de peso reciente e inexplicada o pérdida de peso reciente debido a un traumatismo
Debilitación importante de las piernas
Incontinencia intestinal o vesical repentina –ya sea dificultad para orinar o defecar o bien pérdida de control de la micción o la defecación (síndrome de la cola de caballo)
Dolores abdominales fuertes y continuos (aneurisma de la aorta abdominal)
En casos en que se requiere tratamiento inmediato, los médicos investigarán la posibilidad de una causa seria del dolor, como una infección, un tumor o una fractura.
Síntomas y causas de la lumbalgia
Generalmente, las personas más jóvenes (de 30 a 60 años) son más propensas a experimentar dolores de espalda por una distensión muscular lumbar o surgidos del espacio intervertebral mismo (p.ej., una hernia discal lumbar o la discartrosis).
Causas comunes de la lumbalgia en adultos más jóvenes
Síntomas: dolores fuertes o sordos en la parte inferior de la espalda después de realizar actividades o un movimiento repentino o luego de levantar algo pesado
La lumbalgia puede manifestarse mediante cualquier combinación de los siguientes síntomas:
Dificultad para moverse que puede ser lo suficientemente grave como para impedir que el paciente camine o se ponga de pie
Dolor que no se irradia por la pierna o un dolor que también pasa por la ingle, la nalga o la parte superior del muslo, pero que rara vez llega debajo de la rodilla
Dolor que suele ser sordo
Espasmos musculares que pueden ser graves
Área localizada que es dolorosa con la palpación
Posibles causas: distensión muscular
Una de las causas más comunes de la lumbalgia aguda es la distensión de un ligamento o de un músculo de la espalda. Al levantar algo pesado, torcerse o realizar un movimiento brusco, puede producir un estiramiento de los músculos o ligamentos o provocar desgarros microscópicos.
El grado de dolor por una distensión muscular lumbar puede variar de una molestia leve a un dolor fuerte e incapacitante, según el grado de la distensión y de los espasmos musculares lumbares provocados por la lesión. Las distensiones de la espalda con frecuencia se curan por sí solos, con la ayuda de alguna combinación de descanso, aplicación de hielo o de calor, antinflamatorios, estiramientos leves y progresivos y ejercicios para la parte inferior de la espalda.
Síntomas: lumbalgia que baja hasta la nalga, la pierna y el pie (la ciática)
La ciática puede incluir cualquier combinación de los siguientes síntomas:
El dolor generalmente es persistente (en vez de un dolor que se recrudece por unos días o semanas y luego disminuye)
El dolor puede ser peor en la pierna y el pie que en la parte inferior de la espalda
Generalmente se siente en una sola nalga o una sola pierna
El dolor generalmente empeora después de estar sentado o de estar de pie por mucho tiempo, aliviándose en cierta medida al caminar
Es un dolor más fuerte (ardor, hormigueo) en vez de un dolor sordo
Puede ser acompañado por debilidad, adormecimiento o dificultad para mover la pierna o el pie
Causa frecuente: hernia discal lumbar
Se entiende por ciática los síntomas causados cuando una raíz nerviosa de la columna lumbar es comprimida, causando dolor y adormecimiento que pasan por el nervio ciático mayor que provee de nervios a las nalgas, las piernas y los pies. En adultos más jóvenes, la ciática puede tener como causa una gran diversidad de afecciones, siendo la más común una hernia discal lumbar (también puede ser causada por la discartrosis, la espondilolistesis ístmica u otras afecciones).
Lea más sobre la ciática.
Síntomas: lumbalgia crónica que se recrudece con ciertas posiciones y movimientos
Entre los síntomas pueden encontrarse cualquier combinación de los siguientes:
Lumbalgia leve persistente, interrumpida por ataques de dolores fuertes o espasmos musculares de unos días a varios meses de duración
Dolor crónico que puede ser de molesto a grave
Dolor de espalda que empeora al sentarse
Al caminar, o hasta al correr, puede sentirse mejor de lo que se siente al sentarse o al estar de pie
Dolor que se alivia con frecuentes cambios de posición
Causa frecuente: discartrosis
La discartrosis lumbar puede afectar a pacientes de tan solo 20 años de edad. Cuando los discos intervertebrales lumbares empiezan a deteriorarse, el disco dañado puede causar no solo inflamación sino también una leve inestabilidad de la parte inferior de la espalda, provocando así dolores, espasmos musculares y, a veces, la ciática. La discartrosis es una afección común y con frecuencia se trata con éxito.
Síntomas: dolor sordo en el interior de la parte inferior de la espalda que empeora al estar de pie o al caminar
Entre los síntomas pueden encontrarse cualquier combinación de los siguientes:
·         Dolor que se irradia hacia las nalgas y la cara posterior de los muslos (también denominado ciática o dolor radicular)
·         Dolor que empeora al inclinarse hacia atrás
·         Dolor que se alivia al sentarse, especialmente al sentarse en una posición de inclinación hacia atrás
·         Sensación de cansancio en las piernas y, posiblemente, adormecimiento u hormigueo en las piernas, especialmente después de caminar
·         Músculos isquiotibiales tensos, haciendo que sea difícil tocar los dedos del pie
Posible causa: espondilolistesis ístmica
Se entiende por espondilolistesis ístmica el deslizamiento hacia adelante de una vértebra de la parte inferior de la espalda por encima del espacio intervertebral vecino inferior. Es más frecuente al nivel L5-S1 y puede causar la lumbalgia debido a la inestabilidad y un dolor de raíz nerviosa por compresión de la raíz nerviosa. La fractura ocurre durante la niñez, pero normalmente no causa mucho dolor hasta la edad adulta.
La lumbalgia en los adultos mayores
Aunque los adultos mayores pueden experimentar los dolores relacionados con las afecciones que afectan también a adultos más jóvenes, las personas mayores de 60 años de edad son más propensas a sufrir dolores relacionados con la degeneración de las articulaciones de la columna vertebral. Dos de las causas más comunes de la lumbalgia en los adultos mayores son la artrosis y la estenosis vertebral.
Síntomas: lumbalgia y entumecimiento que son más fuertes por la mañana y por la noche
Puede incluir cualquier combinación de los siguientes síntomas:
Dolores que interrumpen el sueño
Un dolor que es más pronunciado a primera hora de la mañana y otra vez al final del día
Un área localizada de la columna que es dolorosa con la palpación
Un dolor sordo, continuo o intermitente, en la parte inferior de la espalda que se agrava después de hacer mucha actividad física
Entumecimiento o una pérdida de flexibilidad en la espalda (por ejemplo, una incapacidad para doblarse por la cintura con comodidad)
Posible causa: artrosis de las articulaciones facetarias
La artrosis de las articulaciones facetarias es una afección degenerativa de evolución lenta. El dolor es causado por la degeneración del cartílago entre las articulaciones facetarias de la columna. Al principio, los síntomas pueden ser solo intermitentes, pero luego pueden convertirse en una lumbalgia más constante y, con el tiempo, pueden llegar a causar no solo una lumbalgia sino también la ciática.
Síntoma: dolor de pierna que se siente principalmente al caminar y al estar de pie
Puede incluir cualquier combinación de los siguientes síntomas:
Incapacidad para caminar mucha distancia sin tener dolor en la pierna
La lumbalgia se alivia pronto después de sentarse
Los síntomas a veces son graves y, otras veces, leves o inexistentes
Los síntomas son de evolución lenta
Debilidad, adormecimiento y hormigueo que se irradian de la parte inferior de la espalda a las nalgas y las piernas (ciática)
Posibles causas: estenosis del canal lumbar o espondilolistesis degenerativa
Tanto la estenosis vertebral como la espondilolistesis degenerativa pueden comprimir los nervios donde estos salen de la columna vertebral. Cuando uno está de pie, por ejemplo cuando está caminando normalmente, esto aumenta la compresión del nervio, causando el dolor de pierna.
Síntomas: dolor de espalda de aparición repentina, pérdida de flexibilidad y pérdida de estatura
Puede incluir cualquiera de los siguientes síntomas:
Dolor de espalda de aparición repentina
Al estar de pie o al caminar generalmente empeora el dolor
Al recostarse boca arriba el dolor se pone menos intenso
Pérdida de estatura
Flexibilidad limitada de la columna
Deformidad y discapacidad
Posibles causas: aplastamiento vertebral (p.ej., por osteoporosis)
Como regla general debe considerarse la posibilidad de un aplastamiento vertebral luego de cualquier aparición repentina de dolor de espalda en adultos mayores de 50 años, especialmente en mujeres posmenopáusicas con osteoporosis y en hombres y mujeres luego del uso prolongado de corticoesteroides. En una persona con osteoporosis, hasta una fuerza pequeña ejercida sobre la columna, como por un estornudo, puede ocasionar un aplastamiento vertebral.
Causas menos frecuentes de la lumbalgia
Aunque son menos frecuentes que las afecciones enumeradas arriba, existen varias otras afecciones que también pueden causar la lumbalgia, entre ellas:
Disfunción de la articulación sacroilíaca
Síndrome piriforme
Infección
Tumor medular
Fibromialgia
Espondiloartritis anquilosante
Coccigodinia
Finalmente, es importante notar que la actitud y la situación de uno también tendrán un efecto en los niveles del dolor y en su duración. Por ejemplo, en las personas que tengan depresión, que estén estresadas o que puedan recibir compensación por una lesión de espalda, es más probable que el dolor se vuelva crónico. En los pacientes que no sufran de estrés y que tengan pocas complicaciones psicológicas es más probable que se mejoren con un tratamiento adecuado de sus afecciones.

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Causas de la ciática

Lo que usted debe saber sobre la ciática
El término ciática describe los síntomas de dolor de pierna (y posiblemente de hormigueo, adormecimiento o debilidad) que empiezan en la parte inferior de la espalda y pasan por los glúteos y el nervio ciático mayor en la parte posterior de la pierna.
La ciática es un síntoma de una afección médica subyacente –no es un diagnóstico médico de por sí.
La ciática
La ciática con frecuencia es caracterizada por la presencia de uno o más de los siguientes síntomas:
Dolor constante en una nalga o en una sola pierna (rara vez puede presentarse en ambas piernas)
Dolor que se agudiza al sentarse
Quemazón o hormigueo que bajan por la pierna (en vez de un dolor sordo)
Debilidad, adormecimiento o dificultad para mover la pierna o el pie
Dolor constante en una nalga
Dolor punzante que pueda hacer difícil ponerse de pie o caminar
El dolor de la ciática puede variar desde infrecuente e irritante hasta constante y debilitador. Los síntomas específicos de la ciática también varían mucho en cuanto al tipo de síntoma, el lugar afectado y su gravedad; todo depende de la afección causante de la ciática. Aunque los síntomas pueden ser muy dolorosos, rara vez producen daños permanentes (daño tisular) en el nervio ciático.
El nervio ciático y la ciática
Los síntomas de la ciática son producidos por la irritación del nervio ciático mayor. El nervio ciático es el más grande de los nervios del cuerpo y está compuesto por raíces individuales que surgen de varias partes de la columna vertebral para luego juntarse y formar el "nervio ciático".
El nervio ciático empieza en la parte inferior de la espalda en el segmento lumbar número 3 (L3).
De cada nivel de la parte inferior de la espalda sale una raíz nerviosa de dentro de la columna y, luego, estas raíces se juntan para formar el nervio ciático mayor.
El nervio ciático va desde la parte inferior de la espalda hasta la parte posterior de cada pierna.
En cada pierna porciones del nervio ciático se ramifican para proveer de nervios a ciertas partes de la pierna; por ejemplo, la nalga, el muslo, la pantorrilla, el pie y los dedos del pie.
Los síntomas de la ciática (por ejemplo, dolor de pierna, adormecimiento, hormigueo, debilidad y posiblemente dolor de pie) son diferentes según la parte del nervio comprimida. Por ejemplo, una compresión del nervio en el quinto segmento lumbar (L5) puede ocasionar una debilidad en la extensión del dedo gordo del pie y potencialmente en el tobillo (marcha en estepaje) (Véase el diagrama del nervio ciático).
La evolución de la ciática
La prevalencia de la ciática aumenta en las personas de mediana edad. Es rara su aparición antes de los 20 años. La probabilidad de experimentar la ciática aumenta por los cincuenta años y luego se disminuye.1
En general, la ciática no es causada por un evento o una lesión aislados, sino que suele ir desarrollándose con el tiempo.
La gran mayoría de las personas que experimentan la ciática se curan dentro de unas semanas o meses y consiguen aliviar el dolor con tratamientos no quirúrgicos. Sin embargo, otras sufren una ciática fuerte y debilitante debido a la compresión del nervio ciático.
Existen unos pocos síntomas que puedan requerir de una intervención médica (y posiblemente quirúrgica) inmediata, tales como síntomas neurológicos progresivos (por ejemplo, debilidad de la pierna) o una disfunción intestinal o vesical.
Como la ciática es provocada por una afección médica de fondo, su tratamiento se centra en el alivio de las causas subyacentes de los síntomas. Generalmente el tratamiento consta de cuidados personales o tratamientos no quirúrgicos, pero para casos graves o resistentes al tratamiento, puede ser una opción una cirugía.
Causas de la ciática
La ciática es la denominación de un conjunto de síntomas, causado por un problema en la parte inferior de la espalda, llamado una radiculopatía –una afección en que una raíz nerviosa conectada al nervio ciático se encuentra pinzada, comprimida o irritada.
Las 6 causas más comunes de la ciática
Al hablar de la ciática es importante entender la causa médica de fondo de los síntomas de la ciática. Hay seis problemas de la parte inferior de la espalda que son las causas más comunes de la ciática:
Hernia discal lumbar
Una hernia discal es un abombamiento o una herniación de la parte blanda interior (
nucleus pulposus) del disco por su parte fibrosa exterior (annulus), provocando la irritación de la raíz nerviosa vecina donde esta raíz sale de la columna vertebral. Comúnmente se piensa que una herida causada por una torsión repentina puede llevar, finalmente, a una hernia discal y a la ciática. En realidad, la mayoría de los discos se debilitan con el tiempo, debido a microtraumatismos repetidos que los lleva, al final, a herniarse. A la hernia discal también se le denomina ruptura discal, disco protuberante o pinzamiento de nervio, y la ciática es el síntoma más común de una hernia discal lumbar.
Estenosis del canal lumbar
Esta afección frecuentemente causa la ciática debido al estrechamiento del canal vertebral –la estenosis vertebral. La estenosis del canal lumbar está relacionada con el envejecimiento natural y es bastante común en los adultos de más de 60 años de edad. Esta afección generalmente es el resultado de una combinación de uno o más de los siguientes factores: articulaciones facetarias hipertróficas, hipertrofia de los tejidos blandos y un abombamiento discal que presiona las raíces nerviosas donde estas raíces salen de la columna vertebral, provocando así el dolor ciático.
Discartrosis
Aunque la degeneración discal es un proceso natural del envejecimiento, para algunas personas uno o más discos degenerados en la parte inferior de la espalda también pueden irritar una raíz nerviosa y causar la ciática. La discartrosis se diagnostica cuando un disco debilitado causa micromovimientos excesivos en ese nivel de la columna vertebral y proteínas inflamatorias de dentro del disco se quedan expuestas e irritan el área (incluidas las raíces nerviosas). A pesar de su nombre, esto no es realmente una enfermedad, sino una parte natural del envejecimiento.
Espondilolistesis ístmica
Esta afección ocurre cuando una pequeña fractura por sobrecarga permite que una vértebra se deslice hacia adelante sobre otra vértebra (por ejemplo, la vértebra L5 se desliza sobre la vértebra S1). La combinación del colapso del espacio intervertebral y la fractura y el deslizamiento hacia adelante de la vértebra puede ocasionar el pinzamiento del nervio donde sale de la columna vertebral, causando así la ciática.
Síndrome piriforme
El nervio ciático también puede ser irritado al pasar por debajo del músculo piriforme en la nalga. Si el músculo piriforme irrita o pinza una raíz nerviosa comprendida por el nervio ciático, puede causar un dolor parecido a la ciática. Esto no es una radiculopatía verdadera (la definición clínica de la ciática), pero el dolor de pierna puede sentir igual que la ciática causada por la irritación de un nervio.
Disfunción de la articulación sacroilíaca
La irritación de la articulación sacroilíaca (ubicada en la parte inferior de la columna vertebral) también puede irritar el nervio L5, encima de la articulación sacroilíaca, causando un dolor parecido a la ciática. El dolor de pierna puede sentir igual que la ciática causada por la irritación de un nervio.
Más causas de la ciática
Embarazo. Los cambios por los que pasa el cuerpo durante el embarazo, incluidos el aumento de peso, un cambio en el centro de gravedad y cambios hormonales, pueden causar la ciática durante el embarazo.
Tejido cicatricial. Si el tejido cicatricial comprime la raíz nerviosa, puede causar la ciática.
Distensión muscular. En algunos casos, la inflamación relacionada a una distensión muscular puede presionar una raíz nerviosa y causar la ciática.
Tumor medular. En raros casos, un tumor medular puede comprimir una raíz nerviosa en la parte inferior de la espalda y provocar síntomas de la ciática.
Infección. Aunque es poco frecuente, una infección situada en la parte inferior de la espalda puede afectar la raíz nerviosa y causar la ciática.
Es importante saber el diagnóstico clínico subyacente de la causa de la ciática, ya que los tratamientos muchas veces serán diferentes según la causa. Por ejemplo, los ejercicios específicos para la ciática, que casi siempre forman parte de un programa de tratamiento de la ciática, serán diferentes según la causa de fondo de los síntomas de la ciática.
Síntomas de la ciática
Para algunas personas, el dolor ciático puede ser fuerte y debilitante. Para otras, los síntomas de la ciática podrían ser infrecuentes e irritantes, pero es posible que empeoren.
Generalmente, la ciática afecta solo un lado de la parte inferior del cuerpo y el dolor, muchas veces, se irradia de la parte inferior de la espalda por toda la parte posterior del muslo y baja por la pierna. Un dolor de la parte inferior de la espalda puede acompañar el dolor de la pierna, pero generalmente el dolor de la pierna es notablemente más grave que el dolor de la parte inferior de la espalda.
Síntomas comunes de la ciática
·         El dolor de la parte inferior de la espalda, si es que se manifiesta, no es tan grave como el dolor de la pierna
·         Dolor constante en una nalga o en una sola pierna, pero rara vez en el los lados derecho e izquierdo
·         Dolor que nace de la parte inferior de la espalda o de una nalga y continúa por la línea trazada por el nervio ciático –por la parte posterior del muslo y hasta la parte inferior de la pierna y del pie
·         Dolor que se alivia cuando el paciente se recuesta o camina, pero que empeora al ponerse de pie o al sentarse
·         Dolor ciático que generalmente se describe como un dolor punzante o agudo, en vez de un dolor sordo
·         Algunos experimentan una sensación de hormigueo, de adormecimiento o de debilidad, o bien una sensación de hormigueo que baja por la pierna
·         Debilidad o adormecimiento al mover la pierna o el pie
·         Dolor grave o punzante en una pierna que pueda hacer difícil ponerse de pie o caminar
·         Según la parte del nervio ciático afectada, el dolor y otros síntomas de la ciática podrían incluir también el dolor de pie o el dolor de los dedos del pie.
Síntomas de la ciática para cada raíz del nervio ciático
Hay dos raíces nerviosas del nervio ciático que salen de la región lumbar de la columna (L4 y L5) y tres que salen del segmento sacro (S1, S2 y S3). Los cinco nervios se juntan para formar el nervio ciático mayor y luego se ramifican de nuevo dentro de la pierna para proveer de funciones motores y sensoriales a regiones específicas de la pierna y del pie.
Los síntomas de la ciática varían según la ubicación de la raíz nerviosa comprimida. Por ejemplo:
·         Los síntomas de la ciática de la raíz nerviosa L4 generalmente afectan el muslo. Los pacientes pueden sentirse débiles al enderezar la pierna y pueden tener un reflejo rotuliano disminuido.
·         Los síntomas de la ciática de la raíz nerviosa L5 pueden extenderse hasta el dedo gordo del pie y el tobillo (conocido como marcha en estepaje). Los pacientes pueden sentir un dolor o adormecimiento en la parte superior del pie, particularmente en los espacios interdigitales entre el dedo gordo del pie y el segundo dedo del pie.
·         La ciática de la raíz nerviosa S1 afecta la parte exterior del pie y puede irradiarse hacia el dedo pequeño del pie o los dedos del pie. Los pacientes pueden sentirse débiles al levantar el talón del suelo o al intentar ponerse de puntillas. También puede verse reducido el reflejo aquíleo.
Debido a que puede ser comprimida más de una raíz nerviosa, los pacientes pueden experimentar una combinación de los síntomas arriba mencionados.
Los síntomas de la ciática que requieren de atención inmediata
Rara vez, los síntomas de la ciática que empeoran de manera súbita pueden requerir de una cirugía inmediata. Los siguientes síntomas indican una necesidad de atención médica inmediata:
·         Síntomas de la ciática que siguen empeorando en vez de mejorar, lo cual podría ser indicador de posibles daños a los nervios, especialmente si los síntomas progresivos son neurológicos (tal como la debilidad)
·         Síntomas que ocurren en ambas piernas (la denominada ciática bilateral), causando disfunción o incontinencia intestinal o vesical, lo cual podría ser indicador del síndrome de la cola de caballo. El síndrome de la cola de caballo es una compresión aguda de una o varias raíces nerviosas que ocurre con relativamente poca frecuencia; es decir, en el 2% de los casos de hernia discal lumbar.2
Los pacientes deben buscar atención médica inmediata si experimentan cualquiera de los síntomas arriba mencionados.
Tratamiento de la ciática
Para la ciática grave o los recrudecimientos continuos puede ser necesario tratarlos para que no empeoren con el tiempo.
Para la mayoría de las personas, los remedios no quirúrgicos disponibles y el ejercicio regular harán mucho para aliviar el dolor.
Para otras, cuando el dolor es grave o no mejora por sí solo, un enfoque de tratamiento más estructurado, o posiblemente una cirugía, pueden ofrecer las mejores posibilidades de alivio del dolor o de prevención y máxima reducción de futuros recrudecimientos de la ciática.
Esta página detalla los tratamientos no quirúrgicos de la ciática. Para más opciones de tratamiento, véase también Los ejercicios fisioterapéuticos y la cirugía para la ciática (véase los enlaces abajo).
Tratamientos no quirúrgicos de la ciática
Existe una amplia gama de opciones de tratamientos no quirúrgicos de la ciática, con el objetivo de aliviar el dolor causado por la compresión de raíces nerviosas. Generalmente se recomiendan uno de los tratamientos a continuación, o una combinación de ellos, junto con un programa específico de ejercicios.
Calor y hielo
Para el dolor ciático agudo, las compresas de calor o de hielo son fáciles de encontrar y pueden ayudar a aliviar el dolor de la pierna, especialmente en la fase inicial. Generalmente se aplican el hielo o el calor durante aproximadamente 20 minutos y se repite cada dos horas. La mayoría de las persona utilizan primero el hielo, pero algunas encuentran más alivio con el calor. Los dos se pueden alternar.
Medicamentos para el dolor ciático
Los medicamentos recetados o de venta libre también pueden ser útiles para aliviar la ciática. Los antinflamatorios no esteroides (tales como el ibuprofeno, el naproxeno o los inhibidores de la COX-2) o los corticoesteroides orales pueden ser útiles para la reducción de la inflamación que generalmente es un factor que contribuye a causar el dolor ciático.
Inyecciones epidurales de corticoesteroides para la ciática
Si el dolor ciático es grave, se puede aplicar una inyección epidural de corticoesteroides para reducir la inflamación. Una inyección epidural, a diferencia de los medicamentos orales, inyecta los corticoesteroides directamente al área dolorida alrededor del nervio ciático para ayudar a reducir la inflamación que pueda estar causando el dolor. Aunque sus efectos suelen ser temporales (produciendo un alivio del dolor que dure tan solo una semana o hasta un año), y no funciona en todos, una inyección epidural de corticoesteroides puede ser eficaz para el alivio del dolor ciático agudo. Tiene como ventaja que puede producir suficiente alivio como para permitirle al paciente mejorarse con un programa de acondicionamiento y ejercicios.
Tratamientos alternativos de la ciática
Además de los tratamientos médicos de costumbre, varios tratamientos alternativos también han demostrado ser eficaces para el alivio del dolor ciático en muchos pacientes. Tres de los tratamientos alternativos más comunes para la ciática son la manipulación quiropráctica, la acupuntura y la masoterapia.
Manipulación manual o quiropráctica
Los ajustes vertebrales y la manipulación manual, cuando son realizados por profesionales médicos debidamente capacitados (tales como quiroprácticos, osteoprácticos y fisioterapeutas), tienen como objetivo proporcionar una mejor alineación vertebral, la cual a su vez debe ayudar a aliviar varias afecciones subyacentes que pueden causar la ciática. La manipulación manual, cuando es dirigida a las indicaciones correctas por profesionales médicos debidamente capacitados, puede crear un ambiente de curación mejorado y no debe ser dolorosa.
Acupuntura
Esta práctica está centrada en la filosofía de alcanzar y mantener el bienestar por medio del libre flujo de la energía por vías específicas en el cuerpo. Se introducen en la piel, cerca del área dolorida, agujas muy finas que generalmente ni se sienten. La acupuntura ha sido aprobada por la FDA de Estados Unidos como tratamiento del dolor de espalda, y los Institutos Nacionales de la Salud la han reconocido como un tratamiento eficaz para el alivio del dolor de espalda, incluida la ciática.
Masoterapia
Ciertas formas de masoterapia han demostrado tener varios beneficios para el dolor de espalda, entre ellos una mejorada circulación de la sangre, la relajación muscular y la liberación de endorfinas (los analgésicos naturales del cuerpo).
Para la mayoría de las personas, las buenas noticias son que la ciática generalmente se resuelve por sí solo y el proceso de curación para la mayoría no tardará más de unos días o unas semanas. Generalmente, en casi todos los casos de dolor ciático, se cura dentro de un período de seis a doce semanas. Luego del inicial alivio del dolor, generalmente es recomendable seguir un programa de ejercicios y fisioterapia para la ciática, para aliviar el dolor y prevenir o reducir al mínimo cualquier dolor ciático persistente.
Existen diversos tipos de profesionales en tratamientos no quirúrgicos de la columna vertebral que son especializados en el tratamiento de los síntomas de la ciática, entre ellos quiroprácticos, médicos especialistas en medicina física y rehabilitación, médicos especialistas en analgesia y fisioterapeutas, todos con formación especializada para aliviar el dolor y evitar futuras recidivas de la ciática. Siempre es aconsejable que un profesional médico calificado supervise cualquier tipo de tratamiento de la ciática.
http://www.fisioterapia-online.com/videos/discartrosis-que-es
Discartrosis. ¿Qué es?
Las disfunciones discales aparcan todos los procesos que van desde la inflamación del disco, hasta la desecación y su práctica desaparición.
La zona lumbar es la zona más habitual de asentamiento de las hernias y las protrusiones discales, esto es así porque es la zona de la columna que más peso soporta puesto que está más abajo y por su condición de lordosis, es decir, la curva que entra hacia dentro del cuerpo que caracteriza a la zona lumbar.
La hernia discal no se asienta de repente sino que sigue un proceso de evolución, esto puede ser causa de bloqueos de algunas articulaciones vecinas, entonces el nivel en el que se va generar la protrusión discal va a tener que aumentar su movilidad, de esta manera para aumentar la presión dentro del disco empezando así el proceso de degeneración y la formación de la hernia discal.
Etapas de la degeneración discal.
Pérdida de grosor del disco intervertebral en el joven.
En este caso no existe compresión de las ramas de los nervios lumbares, las disfunciones del disco intervertebral van a producir fenómenos de tres tipos:    
Rigidez matinal dolorosa: la persona por las     mañanas nota que le cuesta mover la zona y cuando intenta forzar un poco ese movimiento se va a generar dolor, este dolor se conoce como     dolor en tubo.
Dolor que aumenta con la flexión: cuando la     persona se inclina hacia delante aumenta la presión en el disco intervertebral, sobre todo en la zona posterior que es la que     soportar más tensiones.
Dolor después de haber estado un largo tiempo     sentado: por pérdida de la flexibilización.
En esta etapa la persona va a sentir alivio del dolor con el reposo y con la actividad física ligera o suave.
Discartrosis en el paciente adulto.
La discartrosis del paciente adulto se va a caracterizar por la compresión discal y la aparición de osteofitos o salientes óseos. Disco pierde su capacidad para amortiguar las fuerzas y afecta a las articulaciones vertebrales posteriores de manera indirecta.
Se van a producir los siguientes fenómenos:    
Dolor de tipo inflamatorio que afecta a la duramadre y a los nervios raquídeos.
Contractura muscular de defensa que puede evolucionar hacia una fibrosis.
Dolores de tipo cíclico, a temporadas.
Se puede ver afectada la flexibilidad volumen y fuerza de las piernas.    
La extensión de la columna, inclinarse hacia atrás, va a ser muy dolorosa.
Se va a generar deformación El ligamento, vertebral posterior lo que va a producir dolor difuso que se alivia con reposo y aumenta cuando la actividad se mantiene en el tiempo o se hace más intensa.    
Tamaño de los agujeros de conjunción, los     agujeros por los que salen los nervios, va a estar disminuido este     fenómeno va afectar sobre todo al agujero que une las vértebras L5 y S1 que es anatómicamente el agujero más pequeño y la raíz nerviosa que sale más grande
OTRO INTERESANTE